GUILLERMO ROA; fundación elhuyar: ¿Por qué te decidiste a explicar matemáticas (geometría) con pompas de jabón?

ANTON AUBANELL; universidad de barcelona: Porque a veces parece en las escuelas las matemáticas viven en un ecosistema bidimensional; ecosistema que llamamos pizarra. Y parece que simplemente son fórmulas. Entonces, en el instituto empezamos a pensar maneras de dar una tercera dimensión a las matemáticas. De poner vida a la pizarra. Entonces empezamos a ver lugares, contextos, en los que encontrar matemáticas. Y fuimos descubriendo que las pompas de jabón son un contexto magnífico, porque son un pequeño cosmos, un pequeño mundo, muy especial, lleno de matemáticas.

ANTON AUBANELL; universidad de barcelona: Es un mundo donde se encuentran a la vez la belleza y la matemática.

ANTON AUBANELL; universidad de barcelona: Nosotros empezamos unen un instituto de Gerona, que se llama Palomera, en Blanes, un pueblecito de la costa de Gerona. Y allí eramos un grupo de tres o cuatro profesores muy entusiamados para buscar hacer unas matemáticas más vividas. Más experimentales. Y entonces empezamos a descubrir las pompas.

De hecho, Aubanell ha convertido las pompas de jabón en una excusa perfecta para hablar sobre geometría. Suele dar charlas con las pompas en la mano. La última, la que dio en Beasain invitado por el grupo Lemniskata.

ANTON AUBANELL; universidad de barcelona: Digamos, las pompas fueron creciendo. Nuestro relato fue creciendo. Yo creo que las matemáticas son tan apasionantes que es muy fácil estusiasmarse con ellas.

ANTON AUBANELL; universidad de barcelona: ¿Pero es que el jabón sabe matemáticas? Hacer estos ángulos tan perfectos de 120 grados. Fíjate: este ángulo, éste y éste son exactamente de 120 grados. Realmente no es que el jabón sepa matemáticas, sino que las matemáticas saben jabón. Es que las matemáticas son una herramienta formidable para interpretar e comportamiento del jabón. Esto los físicos creo que lo llamáis el efecto Mercedes. Es un perfecto logo. Claro, ahí vemos muy claramente toda la configuración de planos, que serían los planos que consiguen unir esta y este arista; ésta, ésta y las dos bases; unirlas todas con la mínima superficie posible. Esa es la aventura del jabón.

Pero, normalmente, la aventura del jabón se rompe fácilmente. Por eso, para hacer durar las pompas el mayor tiempo posible, Aubanell no utiliza solo jabón. Usa una mezcla de un 60% de agua, un 30% de jabón, y el resto es glicerina, que ayuda a retardar la evaporación del agua que hay en las paredes de las pompas.

ANTON AUBANELL; universidad de barcelona: ¡Oh! Mirad qué bonito. Veamos. Eso se llama cirugía estética. Fijaos qué bonito. Y qué historia hay detrás de esta forma. Detrás de esta forma está la aventura de unir las doce aristas de este octaedro con la mínima superficie posible. Entonces esta forma tan bella, como un diamante tridimensional, claro, es la forma que une las doce aristas con la mínima superficie. Cuánta belleza, ¿eh?

ANTON AUBANELL; universidad de barcelona: Qué bonito, ¿no? Yo con el jabón tengo una relación de seducción mutua. Yo no sé si soy capaz de seducir yo al jabón, pero el jabón me seduce a mí.

Esas geometrías se usan mucho en la arquitectura moderna, para diseñar estructuras que sean estables en sí mismas.

ANTON AUBANELL; universidad de barcelona: Cuando tú quieras unir varias rectas, por ejemplo, a través de una carpa gastando la mínima cantidad de tela posible, pregúntaselo al jabón. El jabón pasará por estas rectas gastando la mínima superficie posible.

Así diseñó, por ejemplo, el arquitecto Günther Behnisch el estadio olímpico de Munich para los juegos de 1972.

ANTON AUBANELL; universidad de barcelona: El estadio olímpico de Munich tienen todas sus cubiertas que sería la configuración que daría el jabón si le obligáramos a pasar por unos puntos de soporte y unos puntos de anclaje. Hubo un alumno en Gerona que hizo un trabajo de bachillerato haciendo una maqueta del estadio olímpico pero sólo con hilos de manera que cuando lo sumergía y lo sacaba quedaban las cubiertas. Es decir, el jabón hacía el trabajo de los albañiles.