AMAIA ETA FRAN; Asociación de afectados por coroideremia: Andoni, Ibon, Janire, Xabier.
Fran y Amaia tienen cuatro hijos. Los tres chicos tiene coroideremia y la chica es portadora. Todo empezó hace 8 años. Uno de los hijos necesita gafas, y en una revisión rutinaria el oftalmólogo detectó unas manchas sospechosas en la retina.
AMAIA ELGEZABAL; Asociación de afectados por coroideremia: En 2007 nos dijeron que tenían retinosis pigmentaria, al poco los análisis genéticos la descartaron y nos dijeron que era coroideremia. Al principio no teníamos ni ganas de luchar, estuvimos muy mal, tristes fueron momentos duros.
FRAN OLEA; Asociación de afectados por coroideremia: Cuando nos enteramos que teníamos coroideremia el ratio que se manejaba era de un caso cada 250.000 habitantes, por lo que decíamos que todos los casos de la Comunidad Autónoma Vasca estaban en nuestra casa.
Según los números la coroideremia es una enfermedad rara, pero a medida que se avanza en su conocimiento, es cada vez menos rara. A día de hoy el ratio ha bajado a un caso cada 100.000 habitantes.
FRAN OLEA; Asociación de afectados por coroideremia: Si eso es así. En toda España hablaríamos de 400 y picos casos de coroideremia.
Los casos de los hijos de Fran y Amaia se detectaron aquí, en el Hospital de Cruces. Esta es una prueba rutinaria, un fondo de ojo. Consiste en mirar a través de la pupila para observar el estado de la retina y detectar posibles anomalías.
IÑAKI LETURIA; Elhuyar: ¿Esta es mi retina?
MARTA GALDOS; oftalmóloga: Sí.
IÑAKI LETURIA; Elhuyar:¿Y está sana?
MARTA GALDOS; oftalmóloga: Completamente sana.
IÑAKI LETURIA; Elhuyar: ¿Cómo es una retina sana?
MARTA GALDOS; oftalmóloga: La coloración de la retina tiene este color anaranjado, esta es la zona central, con una coloración algo más oscura y un brillo, que se llama el brillo fobial, el nervio óptico, los vasos son de calibre normal, el nervio tiene un tamaño normal y tampoco se ven alteraciones pigmentarias, que también observamos.
IÑAKI LETURIA; Elhuyar: Y ahora por comparación, veríamos una retina con coroideremia.
MARTA GALDOS; oftalmóloga: Vamos a ver la retina del fondo de ojo de un niño de 13 años con coroideremia. Esta imagen fue el motivo del diagnóstico, la vimos con ocho años y aquí tiene 13. Vemos que hay una pigmentación, un granulado difuso. Podéis ver que en la coloración de la retina hay unas alteraciones pigmentarias, unos gránulos de pigmento.
IÑAKI LETURIA; Elhuyar: Sí, unos puntos como si fueran óxido.
MARTA GALDOS; oftalmóloga: Sí, puede dar ese aspecto. Se aprecian especialmente en la periferia pero también en el centro.
Esas manchas o gránulos se deben a la acumulación de los residuos que se generan durante el funcionamiento habitual de la célula. Lo normal es que esos residuos se eliminen, ¿por qué en este caso no? La razón es que falta la proteína responsable de llevar a cabo esa labor de limpieza. La proteína se llama REP-1 y, por así decirlo, marca las bolsas o vesículas de desechos, indicando que deben ser expulsadas de la célula. Si falta dicha proteína o el proceso de eliminación de residuos no es del todo eficaz, la suciedad comienza a acumularse y se inicia la degeneración de la retina. A día de hoy no se ha encontrado el modo de detener esa degeneración. La coroideremeia no tiene, de momento, cura.
MARTA GALDOS; oftalmóloga: Realmente esta enfermedad afecta a dos capas de la retina que es el epitelio pigmentario de la retina y la coriocapilar. La retina son un montón de células que interactúan, y entonces la degeneración de una capa que está conectada con otra capa y están entrelazadas, conduce a una degeneración completa de la retina.
Al final en última instancia los fotoreceptores, que son los que se encargan de convertir el estímulo luminoso en electricidad, para transmitir las imágenes al cerebro empiezan a sufrir porque el epitelio pigmentario de la retina es muy importante en mantener vivos estos receptores. Para que se entienda, en esta enfermedad se afectan tanto los bastones como los conos, pero la pérdida de función es más acusada en los bastones, que son los responsables de la visión nocturna y de la visión periférica, y entonces, tampoco se conoce muy bien por qué es así, por qué se respeta en última instancia la mácula, pero realmente la pérdida de visión y la degeneración aparece desde la periferia hasta el centro.
Así, el primer síntoma de esta enfermedad es la dificultad de ver con poca luz. Con los años, el campo visual se reduce. Pero la simple presencia de manchas en la retina o la pérdida de la visión siguiendo el patrón del efecto túnel o cañón de escopeta, no significan que se trate de coroideremia. La retinosis pigmentaria tiene los mismos síntomas. Para confirmar que se trata de coroideremis es preciso realizar un análisis genético. Estas son imágenes del último congreso de la asociación española de afectados por la coroideremia. Se celebró en Gasteiz el pasado otoño. Todos los miembros de la asociación han tenido que hacerse análisis genéticos para saber lo que tienen.
MARTA GALDOS; oftalmóloga: Ahora vamos a ver un niño con coroideremia con 15 años. Ya veis que los parches de degeneración ya son muy evidentes, ya empieza a aparecer claramente atrófico, aparece el granulado que hemos dicho antes, pero no solo eso, se empieza a ver tejido blanquecino que muestra que esa reina está degenerando.
IÑAKI LETURIA; Elhuyar: ¿Cómo vería o cómo ve esta retina?
MARTA GALDOS; oftalmóloga: El polo posterior, es decir la zona central de la visión la tiene conservada, y la función visual va a ser normal pero la visión nocturna, en condiciones de menos luminosidad, le va a costar más ver y el campo visual empieza constreñirse.
BENITO ROMERO; afectado por coroideremia: Por la noche se ve muy mal. Siempre necesitas ayuda, dependes quizás de muchas personas para moverte, depende también si te conoces el sitio, te sientes más seguro, o está más tenso, porque de día normalmente, al menos yo, nunca he tenido problemas. Los problemas empiezan cuando se pone el sol.
MARTA GALDOS; oftalmologoa: Toda esta retina está blanca porque ha desaparecido el tejido retiniano, ese tejido anaranjado que es la retina ha desaparecido, y transparenta completamente la esclera, el blanco del ojo, lo que recubre la pared del ojo por dentro, como estamos viendo. En esto hay una variabilidad, no hay una fecha exacta. Algunos pacientes pueden estar así con 30 años y otros con 50. En general la ceguera legal llega entre los 40 y los 50 años de vida. Este caso estaría ya en ceguera legal y tiene 40 y pocos años. ¿Por qué? Porque el campo visual está absolutamente reducido, en este momento tiene solamente una visión de túnel.
ERNESTO MESA; afectado por coroideremia: Por este ojo veo un 10 %, por este un 70, y después el campo visual lo tengo bastante reducido, como unos 10 grados, esto de todos modos me permite hacer una vida autosuficiente, de hecho conduzco, me renovaron el carnet de conducir hace unos meses. De noche, que es cuando más problemas tengo me desenvuelvo bien con el coche, porque el coche tiene luces, que si yo tuviese luces en mis pies, o las gafas...
Los dos apellidos de la coroideremia son degenerativa, y genética. Degenerativa, porque va a peor, y genética, porque su origen reside en los genes, más concretamente en un solo gen: uno llamado CHM y se halla en el cromosoma X. Es esencial para producir la proteína REP1, como ya hemos dicho, responsable de la limpieza en las células de la retina. Cuando el gen CHM o de la coroideremia está ausente, no se expresa o no funciona debidamente, la suciedad se acumula y comienza la degeneración. La transmisión de la enfermedad padres a hijos se produce también a través de ese cromosoma X defectuoso. Amaia cuenta con uno de sus dos cromosomas X incompleto, y saltándose todas las normas de la estadística, ha sido precisamente el cromosoma defectuoso el que se ha transmitido.
FRAN OLEA; Asociación de afectados por coroideremia: A la hora de tener nuestros hijos el que ha tocado ha sido ese cromosoma. Para crear niños, yo he aportado el Y y ella el X defectuoso en los tres casos y con la niña lo mismo, yo aporto mi X y ella el X dañado, así la niña es portadora pero no padece la enfermedad.
Si la madre cuenta con un solo cromosoma defectuoso, existe un 50 % de probabilidad de que se transmita ese cromosoma al procrear, pero en la lotería de la coroideremia el número de Fran y Amaia ha salido cuatro veces seguidas.
FRAN OLEA; Asociación de afectados por coroideremia: Nos tocó así, pero no es mala suerte, no sabes qué hijos tenemos!
BENITO ROMERO; afectado por coroideremia: Mi hermano no es afecto, y yo sí, me ha tocado, la lotería, como dices. Está bien, bueno… es una enseñanza de la vida al fin y al cabo, tienes barreras que tienes que superar, y las superas como puedes, y después te sientes bien.
Paradójicamente o lógicamente, el remedio puede residir en desde el origen mismo de la enfermedad. Que falta un gen o no funciona bien? Pues se cambia la pieza y ya está! No es broma, se puede hacer y de hecho, se hace. Hablamos de la terapia génica. La investigadora Viki Kalatzis estudia su uso para tratar la coroideremia en el Instituto de Neurociencias de Montpelier, en Francia. Estuvo en el congreso de Gasteiz para explicar los últimos avances.
A día de hoy la terapia génica es una de las vías más esperanzadoras para tratar la coroideremia. Esta enfermedad, además, es idónea para ser tratada con este método, ya que es monogenética, es decir, hay un solo gen implicado: solo hay que cambiar una pieza. Por ejemplo, tratar la retinosis pigmentaria mediante terapia génica sería prácticamente imposible, ya que hay multitud de genes implicados, la mayoría aún sin identificar.
VIKI KALATZIS; Instituto de Neurociencias de Montpellier (INM): La terapia génica consiste en reponer un gen que falta o no funciona, de nuevo en la célula. Normalmente se realiza mediante un virus. Se coge el virus, se le extrae lo que causa enfermedades y en su lugar se introduce el gen que se quiere reponer. El virus infectará la célula, como virus que es, pero ahora, una vez dentro de ella, producirá el gen que faltaba, la célula funcionará de nuevo, ya que tiene lo que le faltaba.
Parece sencillo, pero han sido necesarios largos años de investigación y trabajo conjunto de varios grupos a nivel internacional, para llevar a cabo el primer ensayo clínico.
MARTA GALDOS; oftalmologoa: En la corideremia los primeros estudios son en pacientes con edad avanzada, por esta razón, una persona que tiene mucho que perder en los ensayos clínicos, los investigadores prefieren probar la seguridad y se ha ensayado en pacientes por encima de los 35 años. Se ha visto, seguridad, es decir, que el tratamiento no produce un daño mayor que el que tiene, u por otra parte eficacia, que los fotoreceptores responden mejor, que hay un cierto rescate.
Y es que la terapia génica lo que hace es poner de nuevo en marcha las células de la retina que han sobrevivido a la degeneración. Cuanto más tarde se lleve a cabo el tratamiento menor será la recuperación de la visión, por lo que conviene ganar tiempo y terreno al proceso degenerativo. Pero todavía hay mucho camino que recorrer en este campo, por lo que se antoja imprescindible desarrollar una estrategia mientras la terapia génica madura. Hay que encontrar un plan B.
Jon Zarate es investigador de la Facultad de Farmacia de la Universidad del País Vasco y colabora con la Asociación de Afectados por la Coroideremia.
JON ZARATE; investigador de la Facultad de Farmacia, UPV/EHU: Uno de los planes B más fiables y realistas consistiría en un tratamiento en base a neuroprotectores, en paralelo a la terapia génica, complementariamente o utilizable mientras llega esa terapia.
Los neuroprotectores, elementos protéicos como los factores de crecimiento o productos como la proinsulina, detendrían o ralentizarían la degeneración. Son moléculas ya conocidas y habría que investigar en temas como la dosificación o los modos de transporte. Aquí, por ejemplo, se está midiendo qué cantidad de una molécula que ha llegado al interior de una célula.
JON ZARATE; investigador de la Facultad de Farmacia, UPV/EHU: Hay grupos de investigación de la UPV que trabajan en ello, más que enfermedades de la retina, se están estudiando afecciones del sistema nervioso central como el alzheimer, el parkinson, u otras enfermedades que tienen cierto parecido. Es un plan viable si hay un proyecto y se dirigen los esfuerzos a ello. Puede ser un buen plan B.
¿Qué te gustaría ver antes de quedarte ciego? Es la pregunta que plantea este documental. Cuenta la historia de dos hermanos que padecen coroideremia. Viajan miles de kilómetros para ver aquellas imágenes que quieren conservar en su memoria, antes de quedarse ciegos. El tiempo tiene límite para un afectado por la coroideremia. La palabra futuro tiene otro significado. Pero la esperanza también viene en el diccionario de los enfermos de coroideremia.
AMAIA ELGEZABAL; Asociación de afectados por coroideremia: Siempre tienes que mantener la esperanza, hasta el final, y en eso estamos.
FRAN OLEA; Asociación de afectados por coroideremia: Pero no solo porque haya que tenerla…
AMAIA ELGEZABAL; Asociación de afectados por coroideremia: ... tenemos motivos para la esperanza.
A corto plazo, la actuación más efectiva puede consistir en un tratamiento combinado de terapia génica y neuroprotectores, pero quedar por ver lo que puede dar de sí esa vía. Por haber, no hay ni plazos para saber cuándo estará disponible: 3, 5, 10 años. Pero también existe un plan C: la terapia celular u producir el laboratorio retinas artificiales.
VIKI KALATZIS; Instituto de Neurociencias de Montpellier (INM): Hemos cogido células de la piel de pacientes con coroideremia y les hemos dicho, olvidaros de ser piel, hemos hecho que vayan atrás en el tiempo y se conviertan en células madre, que pueden ser lo que quieren, no solo células epiteliales, y una vez ahí, hacemos que se conviertan en células de la retina. De este modo tenemos un modelo celular de una retina enferma, lo cual es muy útil, porque sirva para testar la eficacia de la terapia génica, por ejemplo, o puede ser el primer paso de una futura terapia celular.
Fran eta Amaia propusieron esta imagen para terminar el reportaje. Uno de sus hijos ganó un concurso de fotografía con ella y representa su estado de ánimo: al final del túnel se ve la luz.