Ama. Aita. Agua. ¡No! Son las primeras palabras de un bebé. Las repetirá mil veces a lo largo de su vida, pero parece que las acaba de aprender. Sin embargo, ya en el vientre materno era capaz de distinguir las palabras de los ruidos. Desde que nació ha estado rodeado por su lengua materna y, de repente, en algún momento, el habla ha surgido de sus labios. Cada niño tiene su ritmo pero, tarde o temprano, todos los humanos acabamos por aprender a hablar. Y cuando decimos aprender, no quiere decir que nos enseñen.
Itziar Laka; UPV-EHU: Decimos que un niño aprende a andar, pero nunca diríamos que le enseñamos. En el desarrollo de todo niño existe una fase en la que primero gatea, cada uno a su manera, pero en torno a cierta edad se pone de pie y empieza a caminar. Nunca diríamos “qué bien le has enseñado a caminar”, pero sí decimos que los niños aprenden a andar. En ese sentido de aprender, podemos decir que los niños aprenden la lengua. Pero es algo que corresponde a su desarrollo.
Para aprender a hablar, tenemos que escuchar nuestra lengua materna, sí, pero el cerebro nace preparado para el lenguaje. Y es que el lenguaje no es un simple sistema de comunicación, es la capacidad humana para adquirir y utilizar sistemas de comunicación complejos. Y se desarrolla en el cerebro.
15 urte: El lenguaje en el cerebro
Itziar Laka es directora de La Mente Bilingüe, un grupo de investigación de la Universidad del País Vasco, especialista en representación y procesamiento del lenguaje.
Itziar Laka: ¿Cómo aprende a hablar un niño? Trabajando las distintas partes del lenguaje: el sonido, las categorías conceptuales, convertir el sonido en palabras... Para cuando empieza a decir sus primeras palabras parece que la gramática ha estado ahí, de forma latente, ya que el niño en seguida pasa de las palabras sueltas a las oraciones de relativo, oraciones negativas, condicionales... Todo eso ocurre muy deprisa. Se le llama explosión del lenguaje, y significa que se han unido dos cosas, tal y como lo refleja la producción lingüística del niño.
A la edad de cuatro años, lo niños ya han adquirido todo el lenguaje que necesitan. A partir de ahí, ampliarán su vocabulario y enriquecerán su manera de expresarse.