Gaia es su nombre y está dotado de dos telescopios y una cámara. Aunque no enviará fotografías espectaculares del espacio, la comunidad de astrónomos de todo el mundo espera con ansia la información que va a enviar. La utilizará para crear el mayor mapa de la vía Láctea que se haya hecho hasta ahora.
Se trata de un proyecto ambicioso. Lanzaron el módulo en diciembre, y ahora se encuentra en fase de calibración. En estos momentos los mayores telescopios del mundo están dirigidos hacia Gaia para localizar el punto exacto donde se encuentra.
Está situada en la órbita estable Lagrange 2. Desde allí medirá la distancia a los astros, aprovechará el cambio de perspectiva que tendrá debido a su movimiento en la órbita del Sol. La misión durará cinco años, en los que observará cada astro una media de 70 veces. Así, recogerá su movimiento. Conociendo la dirección y la velocidad de los astros se puede retroceder en el tiempo para conocer cómo se formó la Vía Láctea, o avanzar para ver que futuro le espera a nuestra galaxia.
La cantidad de datos que recibirán los astrónomos una vez la misión esté en marcha va a ser colosal. Gaia observará mil millones de estrellas, realizará 40 millones de observaciones al día, y, además de la posición de los astros también tomará datos de temperatura, luminosidad y composición química. Durante cinco años Gaia enviará 50 gigabytes de información al día. Y el trabajo de los astrónomos consistirá en convertirlo en información útil.
Conociendo la magnitud de la información, los ingenieros de la ESA idearon un programa que desechara la información no útil en el origen. El ordenador de Gaia encuadra el entorno del astro e ignora todo lo demás.
El catálogo estelar de la Vía Láctea se publicará para la comunidad científica en 2022. Serán 100 terabytes de información, unos 200.000 DVDs.
La ESA ha gastado 800 millones de euros en Gaia. Y el resultado será el mapa tridimensional más completo de nuestra galaxia.