GUILLERMO ROA; Elhuyar: Professor Dame Jocelyn Bell Burnell, hola.
JOCELYN BELL BURNELL; descubridora de los púlsares: Hola
GUILLERMO ROA; Elhuyar: Bienvenida a San Sebastián.
JOCELYN BELL BURNELL; descubridora de los púlsares: Gracias.
GUILLERMO ROA; Elhuyar: Gracias por compartir su tiempo con el programa Teknopolis. Hablemos de su famosa investigación sobre púlsares. Creo que fue en 1967. En vez de púlsares, ustedes estaban buscando quásares. ¿Qué tenían de especial los quásares?
JOCELYN BELL BURNELL; descubridora de los púlsares: En aquella época acabábamos de descubrir lo lejos que están los quásares. Muy muy lejos. Y sabíamos que eran fuentes muy potentes de ondas de radio. Y al comprobar lo lejos que estaban, la pregunta era cómo podían ser tan intensos. Debían tener un brillo extraordinario. Por eso nos parecieron tan interesantes y tan curiosos. Era un tema puntero. Pero no se conocían muchos quásares. Mi director de tesis me dijo que Antony Hewish tenía un método para buscar más. Y para eso construimos el radiotelescopio, nuestro propio radiotelescopio. Y empezamos a usarlo.
Resultó que el modo en que usábamos el radiotelescopio era perfecto para encontrar púlsares. Pero, por supuesto, en aquel momento no teníamos ni idea de que existiera tal cosa. Ni idea.
Del espacio llegan señales, y para entender el universo lo único que hay que hacer es interpretar esas señales. Bell-Burnell buscaba una de esas señales, la de un cuásar, pero encontró otra diferente, la de un tipo de estrella desconocido en aquel tiempo. Era un púlsar, una estrella de neutrones que emite señales en pulsos regulares. En realidad, está continuamente emitiendo ondas de radio, pero en una sola dirección, y debido a su rotación, a la Tierra llegan pulsos, como la luz de un faro en el espacio. Bell-Burnell fue la primera en detectar esa señal.
GUILLERMO ROA; Elhuyar: Estaban usando un radiotelescopio en el Reino Unido. Es un lugar famoso por el mal tiempo, la lluvia y la niebla; parecido al País Vasco. No es un sitio muy adecuado para usar un telescopio óptico. Pero, ¿qué hay de los radiotelescopios?
JOCELYN BELL BURNELL; descubridora de los púlsares: La radioastronomia es totalmente diferente. Durante el día el sol no domina el cielo, como pasa con la luz. Si tuvieramos ojos que ven ondas de radio, no veríamos el Sol especialmente brillante, y veríamos las estrellas y galaxias que tiene detrás. Así que puedes hacer radioastronomía de día y de noche, y las nubes tampoco son un problema. Así que en climas como los nuestros, el de Gran Bretaña y el de aquí, se puede hacer radioastronomía.
El problema son las interferencias, cosas como los móviles, los microondas, etc. Todos ellos emiten ondas de radio. Y si tu radiotelescopio es grande y sensible, detecta esas ondas. Así que tienes que trabajar lejos de las acumulaciones de gente y las ciudades.
GUILLERMO ROA; Elhuyar: Usted encontró una señal de radio muy regular. Y su primera hipótesis fue que aquella señal no era una estrella.
JOCELYN BELL BURNELL; descubridora de los púlsares: La primera señal era tan peculiar que era difícil creer en ella. Empiezas a sospechar que hay algo que no funciona en tu equipo o que hay una interferencia. Pero comprobamos que no era ni una cosa ni la otra. Luego, otro radiotelescopio del observatorio detectó la misma señal. Y estuvimos comprobándolo todo. Poco a poco, nos dimos cuenta de que, fuese lo que fuese, provenía de la Vía Lactea, de más allá del Sol y los planetas, pero de nuestra galaxia. Entonces empecé a pensar que podía ser algún tipo de estrella. Y luego, tras tres o cuatro semanas, encontré otra, en una dirección diferente. Y entonces ví claro que era un nuevo tipo de estrella; una vez que ví las dos. Y algunas semans después, detecté la número tres y la cuatro. Así que aquello era un nuevo tipo de estrella, aunque no sabíamos cual.
GUILLERMO ROA; Elhuyar: ¿Qué hubiera ocurrido en caso de detectar una sola señal?
JOCELYN BELL BURNELL; descubridora de los púlsares: Es muy difícil saber qué hacer cuando tienes un sólo ejemplar de algo. Es difícil anunciarlo de forma convincente. La gente siempre sospechará que algo falla en tu equipo que no has tenido en cuenta. Así que encontrar la segunda señal fue genial. Fue el verdadero momento “eureka”.
GUILLERMO ROA; Elhuyar: Quizá se lo pregunte todo el mundo, pero parece lógico que pensara que una señal tan regular proviniese de una inteligencia del exterior. ¿Por eso llamó a la señal LGM1, Little Green Men 1, pequeños hombrecillos verdes 1?
JOCELYN BELL BURNELL; descubridora de los púlsares: Sí pero era una broma. Y el “uno” lo demuestra, porque luego también tuvimos LGM2, 3 y 4. Y no hay cuatro de esos hombrecillos verdes, todos enviando señales a este insignificante planeta Tierra, usando una frecuencia loca y un método estúpido. El nombre era una broma, pero ahora me arrepiento de haberla hecho.
GUILLERMO ROA; Elhuyar: De todas formas, hay un camino muy largo desde los hombrecillos verdes hasta las estrellas de neutrones, que no se conocían entonces.
JOCELYN BELL BURNELL; descubridora de los púlsares: Sí, eso es. Algunos teóricos locos habían predicho que las estrellas de neutrones podían existir. Pero eran imposibles de ver. Así que nadie los tuvo en cuenta. Pero resultó que tenían razón.
GUILLERMO ROA; Elhuyar: ¿Cuánto tiempo se necesitó para llegar a la conclusión de que aquellas señales eran estrellas de neutrones? No es evidente.
JOCELYN BELL BURNELL; descubridora de los púlsares: No, eso no llegó hasta seis meses después. Los astrónomos encontramos un púlsar en la nebulosa Cangrejo, y se estudió tan a fondo que vimos el púlsar frenarse gradualmente. Ahora bien, si un pulso se ralentiza con el tiempo, significa que viene de una rotación. Si la fuente estuviera vibrando, con el tiempo se aceleraría. Pero se estaba frenando, así que era algo que rotaba. Y eso significaba que era una estrella de neutrones, pero nos llevó seis meses reunir los datos que lo demostraban.
GUILLERMO ROA; Elhuyar: Entonces alguien inventó el nombre “púlsar”. Fue un momento histórico en su vida, y en la historia de la ciencia.
JOCELYN BELL BURNELL; descubridora de los púlsares: El nombre “púlsar” lo inventó un periodista científico. La publicación del artículo que anunciaba el descubrimiento del primer púlsar suscitó un gran interés, y estuvimos mucho tiempo respondiendo a entrevistas. Y una de las personas que vinieron a entrevistarnos era un periodista científico del Daily Telegraph. Su nombre era Anthony Michaelis. Y él nos dijo: “¿Cómo vais a llamar a esas cosas?”. Nosotros no habíamos pensado en ello. Ya existía el nombre “quásar”, así que él dijo: “¿Y qué tal púlsar?” Radio estrella pulsante, púlsar. Y lo escribió en una pizarra para ver qué pinta tenía. Tenía buena pinta. Y así le llamamos púlsar.
GUILLERMO ROA; Elhuyar: Tengo una última pregunta que tiene que ver con su carrera y los premios. Sobre el premio Nobel de Antony Hewish que usted no recibió. Encuentro en tu historia un cierto paralelismo con la historia de Rosalind Franklin.
El trabajo de la investigadora británica Rosalind Franklin fue crucial en las investigaciones sobre la estructura del ADN. Utilizando la técnica de la difracción de los rayos X, Franklin obtuvo varias imágenes de ADN. Una de ellas, puso a James Watson y Francis Crick tras la pista de la verdadera estructura del ADN. El científico Maurice Wilkins facilitó a Watson y Crick la conocida foto 51pero lo hizo sin la autorización de la autora. Diez años más tarde, Watson, Crick y Wilkins obtuvieron el Nobel de Medicina. El galardón reconocía su contribución al descubrimiento de la estructura del ADN. Aquejada de cáncer, Ropsalind Franklin había fallecido tres años antes. En el acto de entrega de los galardones nadie hizo mención a su trabajo, y tuvieron que pasar muchos años hasta que los tres científicos laureados comenzaran a citar públicamente el trabajo de la investigadora fallecida.
JOCELYN BELL BURNELL; descubridora de los púlsares: Rosalind Franklin murió muy joven. Ya había muerto para cuando se concedió el premio Nobel al trabajo en el que participó. Pero no sé si se hubiera incluido entre los premiados. Sólo podemos especular. No hay muchas mujeres que hayan recibido el Nobel. Pero tampoco había muchas mujeres en mi generación haciendo ciencia. Espero que en el futuro haya muchísimas más.
GUILLERMO ROA; Elhuyar: Mi opinión es irrelevante, pero creo que a Rosalind Franklin no le hubieran concedido el Nobel.
JOCELYN BELL BURNELL; descubridora de los púlsares: Tal vez tengas razón, sí. Tal y como se estaban desarrollando las cosas, sospecho que tienes razón, sí.
GUILLERMO ROA; Elhuyar: Muchas gracias por darnos la posibilidad de estar con una gran mujer.
JOCELYN BELL BURNELL; descubridora de los púlsares: Gracias. Muchas gracias, y gracias por vuestro interés.