Durante siglos, los científicos de todo el mundo han estado trabajando para entender cómo se formó la Tierra, y por qué surgió la vida en ella. Sin embargo, tener sólo un ejemplo hace que sea difícil encontrar respuestas. Así que los científicos están recurriendo a otros planetas, como Marte, para buscar rastros de vida antigua.
Desde las primeras observaciones al telescopio del planeta rojo en el siglo XVII, se ha sospechado que Marte es más parecido a la tierra que cualquier otro planeta. Hace millones de años, estos dos planetas podrían haber compartido entornos primitivos similares. Así que si la vida existe en la Tierra, también podría haberse desarrollado en Marte.
La futura misión Exomars, se basa en dicha hipótesis. Su objetivo es excavar hasta una profundidad de dos metros en el suelo de Marte, con la esperanza de encontrar rastros de bacterias u otro tipo de forma de vida que pudiera estar enterrado bajo tierra.
Luigi Colangeli, ESA: Vamos a ser capaces de comprobar el material del subsuelo. Y eso es muy importante para saber si existe algún resto de vida pasada en Marte.
Algunas de las claves de la vida en Marte pueden estar ocultas en las aguas rojas del río Tinto, en el sur de España.
Luis Cuesta Crespo, INTA: En Río Tinto hay bacterias que son capaces de vivir en condiciones extremas, por eso se llaman extremófilos. Las condiciones extremas que enfrentan estas bacterias son de aguas extremadamente ácidas. La principal característica de estas bacterias es que no sólo son capaces de vivir en aguas muy ácidas, sino que son ellas mismas las que crean la acidez del medio.
Algo parecido a estas bacterias es lo que los científicos buscan en Marte. Han sido estudiadas en el Centro Español de Astrobiología, cerca de Madrid, referente mundial en lo que respecta al estudio de la vida basada en el carbono.
Javier Gómez-Elvira, Director de INTA: El Centro de Astrobiología nació desde el principio con esa visión amplia de lo que es el estudio del origen de la vida. Evidentemente no podemos abarcar todas las disciplinas, pero sí podemos aportar cosas en cada una de ellas y tratar de estudiar las fronteras, por que en las fronteras, en los interfaces de las disciplinas hay mucho trabajo por desarrollar. Tenemos astrofísicos que miran el universo, las nubes de elementos que hay en galaxias lejanas, tenemos geólogos planetarios que estudian los cuerpos de nuestro sistema solar, tenemos los químicos prebióticos que tratan de entender como fue la química previa a la vida, tenemos biólogos, bioquímicos, que exploran los primeros microorganismos, viendo como adaptaron en el pasado a partir de lo que sabemos ahora.
Utilizar la química para estudiar la aparición de la vida es uno de los objetivos de la misión Cassini-Huygens a Titán, la luna más grande de Saturno. Tras su aterrizaje en Titán en el año 2005, la sonda Huygens ha estado enviando información sobre la composición de su superficie y su atmósfera.
François Raulin, SFE: Hay similitudes muy fuertes entre la primitiva Tierra y Titán. Su química del carbono es muy desarrollada. La única diferencia es la ausencia de agua líquida en forma permanente. Así que averiguar lo que está ocurriendo en Titán nos ayudará a entender mejor lo que sucedió en la Tierra hace unos cuatro mil millones de años.
Pero, ¿la vida surgió en nuestro planeta por pura química o llegó a la Tierra con la ayuda de algún cometa? Rosetta, la misión de la Agencia Espacial Europea hacia el cometa Churyumov-Gerasimenko, puede ayudar a encontrar algunas respuestas a esta pregunta fundamental. Llegará a su destino en 2014, y se convertirá en un pequeño módulo de aterrizaje, con una gran misión: buscar señales tempranas de moléculas orgánicas, moléculas que indiquen vida en el núcleo del cometa.
Existen más misiones en busca de vida a otros cuerpos celestes: a Enceladus, la magnífica luna de Saturno, y también a Europa, una de las lunas heladas de Júpiter que alberga agua. Pero la búsqueda va más allá.
Luigi Colangeli, ESA:
Al final no miramos sólo a la vida, buscamos zonas habitables. Eso significa buscar lugares donde todos esos elementos se reúnan en un ambiente compatible con la capacidad de desarrollar la vida. Es por eso que hoy en día la investigación no sólo se limita a nuestro sistema solar, pero va más allá y tenemos que buscar otras lunas, otros planetas alrededor de otras estrellas. El hallazgo de rastros de vida en otros lugares del universo nos ayudará a entender mejor de dónde venimos y hacia dónde podemos ir. Pero también nos puede ayudar a identificar los posibles futuros hogares fuera del planeta Tierra para la humanidad.