Si crees que tu móvil hace muchas cosas, espera a ver éste: Llama, se conecta a Internet, funciona como navegador GPS, reproductor de música… y, además, es resistente a los golpes, al polvo y al agua. De hecho, puedes sumergirlo a un metro de profundidad durante media hora. ¿Y eso para qué? Pues, por ejemplo, para hacer fotos submarinas. Se trata del Sony Xperia Z. El truco es que está hecho de cristal templado y tiene los bordes reforzados con poliamida de fibra de vidrio. Además, todas las conexiones llevan una tapa hermética que impide que entre el agua.
Ya que hablamos de hacer fotos, tiene una cámara frontal de 2 megapíxeles, que permite hacer videoconferencias en HD. Y una cámara trasera de 13 megapíxeles con flash LED, que graba vídeo con una resolución de 1080p. Tiene autofocus rápido, filtros y prácticamente, todas las funciones de una cámara compacta. Incluso, es capaz de ir haciendo fotos mientras graba vídeo.
Cuenta con una enorme pantalla de 5 pulgadas, también de alta definición, muy útil para ver películas, jugar, o leer. Una de las pegas de los dispositivos con pantallas tan grandes suele ser el consumo de batería. Aquí lo han solucionado con distintos modos, que se pueden personalizar en función del uso que le demos al móvil. Por ejemplo, puedes mantener las redes desconectadas siempre que la pantalla esté apagada, o seleccionar qué aplicaciones quieres mantener activas cuando la batería esté realmente baja.
Para lo grande que es, no pesa mucho, 146 g, y se maneja fácilmente gracias a sus 7,9 mm de grosor. Estamos hablando de un terminal de gama alta que cuesta casi 700 € y que lo aguanta casi todo. Aunque yo, por si acaso, no me atrevo a tirarlo al foso de los tiburones.