ANE ALTUNA; ik4-ikerlan: Nosotros lo denominamos micro-aguja. Por una parte, tiene electrodos para registrar la actividad neuronal, puede registrar o también estimular, y aparte, hemos integrado canales fluídicos. A diferencia de lo que existía hasta ahora en el mercado, hemos combinado electrodos con canales fluídicos,. Esos canales dispensan fármacos en el cerebro y simultáneamente podemos ver su efecto, y medir con los electrodos un cambio en la actividad neuronal.

En el mercado se utilizan principalmente agujas de silicio, que presenten cierta rigidez, y nosotros lo que proponemos son agujas poliméricas, más flexibles, con cierta biociompatibilidad. Los electrodos se encuentran ahora al ras de la superficie comparando con lo que ya existe. Las neuronas están muy cerca del electrodo, por tanto la señal mejora mucho.

Es una aguja donde integramos electrodos del tamaño de una neurona, y el ancho de la aguja es como una quinta parte de un milímetro.

También hemos desarrollado este encapsulado, donde se integra o inserta la aguja: Se encaja mediante tornillos y conseguimos, por una parte, conexión eléctrica, que hace posible la lectura de lo que miden los electrodos, mediante estos pines. Luego, por otra parte, tenemos la conexión fluídica; aquí van los tubos y la jeringuilla, con el fármaco que queremos dispensar.

La neurocientífica que ha testado estas agujas trabaja en epilepsia, pero el campo se puede ampliar muchísimo: alzheimer, parkinson, depresión,... todas ellas enfermedades que están en boca de la gente.